LA CRISIS DEL ESTADO Y EL DESBORDE POPULAR
En el capítulo 4 del ensayo de José Matos Mar habla sobre la
crisis del Estado y el desborde popular menciona la existencia de dos tipos de
Perú paralelos y nos dice que no es un fenómeno reciente de los años 80.
Por un lado el Perú Oficial de las instituciones del Estado,
los partidos políticos, la banca y las empresas, los sindicatos, las
universidades y colegios, las Fuerzas
Armadas y la Iglesia; de los tribunales, la burocracia y el papel
sellado.
Y, por el otro, el Perú Marginado: plural y multiforme; del campesinado
y la masa urbana, de las asociaciones de vecinos, los cabildos tradicionales,
las rondas y los varayoc; de los talleres clandestinos, los ambulantes y las
economías del trueque, de reciprocidad y de mera subsistencia; de los cultos a
los cerros y la devoción a las santas y beatas no canonizadas; el Perú que,
conserva, adapta y fusiona innumerables tradiciones locales y regionales;
bilingüe, analfabeto y a veces monolingüe quechua, aymara o amazónico.
Matos Mar nos dice que el Estado, sus instituciones y los
miembros de las élites gobernantes, se ven obligados a aceptar la existencia de
ámbitos de autogobierno en expansión: ambulantes y comercio extralegal;
industrias que no pagan impuestos ni patentes; guardias y rondas vecinales y campesinas,
“ajusticiamiento” por tribunales comunales; cultos populares y profetas
vagabundos; droga y prostitución; amplios mercados de reducidores de objetos
robados; guerrilleros, terrorismo y “zonas liberadas”; coimas y tramitadores.
Este proceso en marcha se corroe y se disuelve la vieja
ilusión criolla de la identidad nacional y pone en tela de juicio las
estructuras institucionales del Estado Nación. Por vez primera, estos dos
problemas, soterrados desde la conquista en los sótanos de la conciencia
nacional, no pueden dejar de ser planteados. El espectáculo de un Estado cuya
autoridad, ya cuestionada, se reduce y cuyas instituciones se ven desertadas
por las masas; y el de una cultura oficial que desconoce la lengua y la
tradición mayoritaria, mientras que se expresa en lenguajes y formas de origen
extranjero; abren interrogantes sobre legitimidad del Estado y la definición de
la nacionalidad.
Bueno, pienso que José Matos Mar, nos da un panorama general
del nuevo rostro que Lima ha adquirido como consecuencia del desborde popular,
caracterizado por las migraciones masivas del campo a la ciudad. Y, cómo este
fenómeno ha dado un nuevo dinamismo económico, social y cultural a la Lima de
antaño. Hoy en día Lima es más chola que criolla. Pero muchos criollos aún
añoran la Lima Señorial y dan a entender que Lima se ha vuelto horrible debido
al desborde popular del cual Matos Mar habla.
No seamos pesimistas, reflexionemos y veamos cuál es el
trasfondo de todo este proceso. No los miremos con ojos despectivos .Muchos
migrantes (sobre todo los andinos) supieron salir adelante convirtiéndose de
vendedores ambulantes a empresarios quienes le dan un nuevo dinamismo a la
economía peruana. Esto lo consiguieron no porque se sacaron la lotería, sino
gracias a su ética de trabajo, a su capital social, a sus redes sociales y a su
espíritu emprendedor. Los migrantes no vinieron a Lima a vengarse debido al
centralismo, sino que migraron a Lima con la finalidad de conseguir mejores
condiciones de vida
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